lunes, 30 de marzo de 2009

Acciones a mediano plazo

Intercambiador vial que conecta a la ciudad con las autopistas 25 de Mayo y 9 de Julio en Buenos Aires, Argentina

Tal como se ha descrito en artículos anteriores, para enfrentar la problemática del tránsito y transporte en Quito se requieren acciones a corto plazo, de manera especial, para reducir el número de vehículos, por lo menos a un 70 por ciento del volumen actual, con medidas como la llamada “pico y placa” o similares. Acto seguido se deberán aplicar medidas a mediano plazo, cuya ejecución abarcará un lapso de entre uno y tres años.

Se necesita crear un sistema de auténticas vías rápidas que permitan una velocidad promedio de 60 kilómetros por hora, diseñando un sistema vial con el formato de una escalera: dos vías longitudinales y varias vías transversales que se enlazan entre si.
Cabe un ejemplo: entre el Parque de El Ejido y el sector de Carcelén funcionarían como vías longitudinalmente las Avenidas 6 de diciembre y América y, esta última, en enlace con la Avenida de la Prensa. Las vías transversales podrían ser, entre otras, la Patria, la Orellana, la Eloy Alfaro, la Granados, la del Avenida del Inca, la del Maestro y la Diego Vásquez de Cepeda. En todas estas vías existiría la total prohibición para que los vehículos se detengan, sean particulares o de transporte y pasajeros y carga. Estaría prohibido también el parqueo de todo tipo de vehículos al igual que los giros en ruta a la izquierda.
La velocidad mínima en un sistema vial de ese tipo debería establecerse en 60 kilómetros por hora y en los nudos, donde se conectan las vías longitudinales con las transversales, se construirían pasos a desnivel temporales, con estructura metálica tipo bailey, cuya instalación y puesta en funcionamiento es casi inmediata para posteriormente, y con el tiempo, sustituirlos con los pasos a desnivel definitivos.
Esa interconexiones, tipo trébol, posiblemente no sean estéticamente las mejores pero, funcionalmente, podrían resolver los problemas que se afrontan actualmente. Soluciones de este tipo funcionan a la perfección en grandes ciudades como Caracas.
En cada nudo funcionarían controles de tráfico con tarjetas magnéticas para el cobro de un moderado peaje, destinado a financiar las obras en su conjunto. Ese peaje podría variar de acuerdo a la hora en que se use el sistema, con niveles superiores en las horas pico.
Además del costo financiero, un sistema vial urbano de este tipo podría repercutir en las consiguientes molestias o incomodidad en el transporte de pasajeros en sus distintas modalidades y para los propietarios de inmuebles o negocios en la zona que abarquen las vías de alta velocidad y sus interconexiones, pero el beneficio, definitivamente, es superior a los costo reales. El tránsito fluirá notablemente, desaparecerán las congestiones actuales en las horas pico y, por ejemplo, un viaje en un solo sentido entre el Parque de El Ejido y el sector de Carcelén no tomaría más de 15 minutos.

© Ing. Ramiro Sotomayor Martínez

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